El Cristo del Milagro
De gran devoción en la parroquia. Recibe su nombre porque la imagen se salvó de un importante incendio en los talleres de la Plaza Mayor en el siglo XVII, aun cuando no se sabe de cuál de ellos, ya que hubo dos, en 1631 y en 1670 (o 1671). (Para más datos ver Hermandad del Santísimo Cristo).
No es el original, pues fue destruido al comienzo de la Guerra Civil (1936). En su lugar, al acabar la contienda se hizo una réplica siguiendo los datos y fotografías dados por D. Ramón García Noblejas y como mediador D. Eduardo Merello Llasera.
Su autor, Quintín de la Torre Berastegui (1877-1966) es también un importante escultor de imaginería religiosa, no sólo en madera, sino también en bronce.
Se trata de un crucificado de tres clavos, realizado en madera de cedro policromada, siguiendo las visiones de Santa Brígida en el siglo XIV, con un paño de pureza, que tiene dos nudos, en lugar de lo más habitual que es uno. No parece todavía muerto, con la cabeza inclinada hacia la derecha, mira con misericordia hacia abajo. Su rostro es de gran belleza y clasicismo. Su cabello se presenta dividido en dos crenchas que caen sobre sus hombros. También la barba, ligeramente ondulada, está dividida en dos. La corona de espinas es suave, está formada por una especie de trenzado que cubre su frente. Sobre su cara y sus hombros aparecen ligeros rastros de sangre.
Su cuerpo es también bastante clásico, así como su postura muy equilibrada y su paño de pureza, de color casi blanco, tiene poco movimiento, por lo que su original sería efectivamente de finales del siglo XVII, ya que se ha suavizado el dramatismo a veces exagerado del Barroco castellano, respondiendo más a la suavidad de la escuela andaluza al estilo de Juan Martínez Montañés o incluso de Manuel Pereira, escultor portugués que trabaja en Madrid y que puede dejar su impronta a los escultores más tardíos.
Está enmarcada esta imagen por dos apóstoles que alzan en sus manos sus redes llenas de peces aludiendo a la pesca milagrosa. Además estos peces son también iconográficamente símbolo de la figura de Cristo, ya que cada una de las letras de la palabra “pez” en griego (ijzús) leído en acróstico (es decir leído en vertical) equivale al nombre de Cristo: Iesus Cristos Hijo de Dios Salvador”. Además este símbolo, junto con otros (panes, el buen pastor, etc.) fue utilizado durante siglos para significar la figura de Dios en el mundo cristiano especialmente en épocas de persecución.
Destaca sobre un fondo piramidal (parte del mural antes mencionado) de tonos ocres que dan luminosidad al conjunto aclarándose hacia arriba, conforme se eleva la mirada, como una clara una simbología de Cristo – Luz elevándonos hacia la Verdad.