La inmaculada
Se trata de una representación de la Inmaculada un tanto compleja, ya que puede tener una temática mucho más amplia.
La parte baja estaría dividida por una gran losa en torno a la cual se agrupan una serie de personajes masculinos, posiblemente Apóstoles. Se trataría de una tumba, pues los apóstoles llevan en sus manos un lienzo que podría aludir a la forma de cubrir los cuerpos para el embalsamamiento tradicional en Palestina. Sin embargo, el paño está vacío y algunos personajes miran hacia arriba Podría indicar que allí no hay muerto alguno. A la izquierda aparecerían condenados entre llamas, alguno de los cuales eleva los brazos hacia arriba como implorando ayuda para escapar.
En el centro y como imagen fundamental, la Virgen elevándose. Lleva túnica rosácea y manto azul Su mano derecha apoya sobre el pecho mientras que la izquierda señala hacia abajo. Está rodeada de ángeles. Hacia arriba aparecen cabezas de querubines.
Aparecen también dos ángeles músicos con instrumentos de viento y cuerda, símbolo de alegría y gozo.
En la parte alta, dos ángeles con filacterias azul y beige portan sendas coronas, para la coronación de la Virgen, acompañados también con cabezas de querubines, al estilo de Murillo.
La Virgen lleva alrededor de su cabeza rayos en tonos dorados resaltando con gran luminosidad. Su rostro es de gran serenidad y belleza elevando su vista hacia el cielo.
Se apoya de pie sobre la Luna, en forma creciente, “enviada desde el cielo y coronada de estrellas”, tal como dice el Apocalipsis de San Juan y el Cantar de los Cantares.
De acuerdo con dicha representación se trataría de una iconografía más amplia:
la Dormición de la Virgen en primer término, (llamada también el Tránsito ) continuando con la Asunción (es decir subida a los cielos), representación de la Inmaculada (limpia de mancha como se aprobó en 1853) y su Coronación como Reina y Madre de todo lo creado. A su vez con sus manos representa el papel de intercesora entre cielo y tierra.
Desde el punto de vista formal se acerca mucho a todas las representaciones de la Inmaculada, con un gran manto que le da corporeidad y volumen destacando sobre un fondo luminoso en tonos dorados. Yodo el cuadro habla de un sentido ascensional, destacando su luminosidad conforme nos elevamos frente a la parte baja más oscura