San Sebastián
Se trata de una figura tremendamente curvada, casi en media elipse; está atado a un árbol. Su cabeza se inclina hacia delante, mientras que su brazo se echa hacia atrás. La pierna izquierda se adelanta hacia la derecha y sus brazos hacia atrás sujetos con una cuerda al árbol. El cuerpo es varonil y de aspecto clasicista.
Parece una obra de inspiración claramente barroca española, siguiendo la línea del tenebrismo. Recuerda perfectamente a las imágenes martiriales del Barroco español y concretamente a la figura de José de Ribera “El Spagnoleto”. Se trata de obras que no inciden de manera explícita en la dureza de los martirios, sino que en este caso no hay crudeza sino simplemente insinuación del sufrimiento por las flechas, con casi ausencia de sangre. Su cabeza cae de forma desmayada.
Formalmente para obtener movimiento está dividido el cuadro r la curvatura del cuerpo del santo. Al fondo se percibe unos celajes que dejan paso a una luz rojiza que rompe con el tenebrismo de media parte vertical de la obra y que recuerda la escuela veneciana.